Los servicios ecosistémicos describen las diferentes maneras en que dependemos de la Naturaleza. Los ecosistemas saludables suministran un conjunto de beneficios a las personas. Aprende más sobre los distintos tipos de servicios ecosistémicos.
Descargar reseñas sobre cómo medir y gestionar los servicios ecosistémicos.
Los beneficios materiales que obtienen las personas de los ecosistemas son llamados “servicios ecosistémicos de provisión”. Incluyen, por ejemplo, agua, alimento, madera y otros bienes. Muchos servicios de provisión se comercializan en los mercados. Sin embargo, en muchas regiones rurales, los hogares también dependen directamente de los servicios de provisión para sus medios de vida. En este caso, los servicios pueden llegar a ser mucho más valiosos de lo que reflejan sus precios de venta en los mercados. Descargar fichas técnicas sobre cómo medir y cómo gestionar los servicios ecosistémicos de provisión.
Prácticamente todos los ecosistemas proveen las condiciones para la producción, recolección, caza o cultivo de alimentos.
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Los ecosistemas proveen una gran diversidad de materiales, incluyendo madera, biocombustibles y fibras de plantas silvestres o cultivadas, así como de algunos animales.
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Sin agua, no hay vida. Los ecosistemas juegan un papel crucial en la provisión del flujo y almacenamiento de agua potable.
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Los ecosistemas proveen una gran variedad de plantas y hongos, los cuales ofrecen curas efectivas para diversas enfermedades. Se emplean tanto en la medicina popular y tradicional, como en el desarrollo de fármacos.Medicinal Resources
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Los “servicios ecosistémicos de regulación”, son aquellos que proveen los ecosistemas al contribuir a mantener la calidad del aire y suelo, al controlar las inundaciones y enfermedades y polinizar cultivos. Generalmente no son tangibles y, por lo tanto, son subestimados. Cuando éstos servicios se dañan o se degradan, las pérdidas pueden llegar a ser sustanciales y difíciles de restaurar.
Los árboles y los espacios verdes dismunyen la temperatura en las ciudades y regulan la calidad del aire al remover contaminantes de la atmósfera. Los bosques propician precipitaciones y disponibilidad de agua tanto local, como regionalmente.
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Los ecosistemas regulan el clima global al almacenar las emisiones de gases de efecto invernadero. Conforme los árboles y las plantas crecen, remueven el dióxido de carbono de la atmósfera (secuestro de carbono) y lo almacenan de manera efectiva en sus tejidos.
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Los ecosistemas y los organismos vivos generan zonas de amortiguamiento para proteger de los desastres naturales. Reducen daños por inundaciones, tormentas, tsunamis, avalanchas, desprendimientos de tierras y sequías.
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Los ecosistemas tales como los humedales, filtran efluentes, descomponen los materiales de desecho a través de la actividad de microorganismos y eliminan patógenos dañinos.
La cubierta vegetal previene la erosión del suelo, de tal forma que evita la degradación de la tierra, la pérdida de fertilidad del suelo y la desertificación.
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Aproximadamente un 80% de las especies de plantas consumibles como alimento dependen de la polinización para su reproducción. Los polinizadores incluyen, en su mayoría, insectos y aves, los cuales dependen de ecosistemas intactos para su supervicencia.
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Los depredadores y parásitos regulan plagas y enfermedades que atacan plantas, animales y a las personas.
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Este tipo de servicios sustentan la mayoría de los demás servicios ecosistémicos.
Los ecosistemas proveen espacios vitales para plantas y animales; y generan las condiciones para que se mantenga su diversidad. Algunos hábitats tienen un número de especies excepcionalmente alto, lo cual los hace genéticamente más diversos que otros. A estos hábitats se les conoce como “ecorregiones prioritarias”.
La diversidad genética (variedad de genes) se traduce en distintas especies, lo cual permite la existencia de cultivos locales bien adaptados, así como de una reserva de genes necesaria para el desarrollo de cosechas y ganado comercial.
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Los beneficios intangibles que las personas obtienen de los ecosistemas se conocen como “servicios ecosistémicos culturales”. Incluyen la apreciación estética, la identidad cultural, la recreación, el sentido de pertenencia y las experiencias espirituales relacionadas con el ambiente natural. Los servicios culturales se encuentran relacionados unos con otros, y también se relacionan con los servicios ecosistémicos de provisión y de soporte: las pesquerías de pequeña escala no se tratan únicamente de proveer alimentos e ingresos, sino también cuentan con un alto valor cultural y de sentido de pertenencia de los pescadores. En muchas situaciones, los servicios ecosistémicos culturales se encuentran dentro de los servicios que las personas más valoran y más asocian con la Naturaleza, por lo tanto, es crucial el entenderlos.
Los animales, las plantas y los ecosistemas han sido la fuente de inspiración para la mayoría de las artes, cultura y diseño.
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El disfrute de la naturaleza atrae a millones de viajeros en todo el mundo. Este servicio cultural proporciona beneficios para visitantes y operadores de turismo.
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La naturaleza es un elemento común en la mayoría de las religiones. La herencia natural, el sentido espiritual de identidad, el conocimiento tradicional y las costumbres asociadas, son importantes para poder crear un sentido de pertenencia.
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Las actividades recreativas en la naturaleza juegan un rol importante en mantener la salud física y mental de las personas, por ejemplo, el caminar y practicar deportes en parques y zonas verdes urbanas.
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Aquí hay un ejemplo: Un bosque, tres usos del suelo – seleccione una opción de uso del suelo.
El reconocer la importancia de los servicios ecosistémicos representa un enorme potencial para mantener y mejorar la calidad de vida:
Los servicios ecosistémicos contribuyen directamente al bienestar humano al proveer alimento y refugio, pero también al contribuir a mantener nuestra salud, recreación, inspiración espiritual e identidad cultural.
En muchos sitios, la naturaleza es la aportación más importante a la economía regional, proveyendo materia prima, agua pura y buenas condiciones ambientales para el desarrollo de la industria, agricultura y el sector de servicios.
La naturaleza garantiza la provisión de agua pura, nos protege de la erosión y las sequías, y provee muchos otros beneficios sin que paguemos por ellos. Si se planea y gestiona cuidadosamente, las soluciones basadas e el manejo de ecosistemas pueden funcionar de un modo mucho más efectivo y eficiente que las soluciones basadas en “infraestructura construida”.
El mantener un buen funcionamiento de los ecosistemas naturales es una excelente estrategia para lidiar con futuras presiones y amenazas, por ejemplo, aquellas asociadas al cambio climático.
